El blog de roldan

  Mañana 2 de noviembre es el día señalado en el almanaque para los difuntos. Un día como todos los del año, en el cual los familiares colocan como costumbre su regalo floral sobre la tumba de aquellos seres queridos donde reposa su desgastado cuerpo material, porque el aliento que lo movilizaba, se fue de viaje. 

  Ese día como muchos otros, se torna mercantil para elevar los precios de las flores. Unos depositaran un bello ramo de flores, otros con uno más chico o tan solo una flor. Pero es suficiente la buena intención que el espíritu agradece, aunque bien sabe, que vive y despegó hace tiempo. Pero como la velocidad del pensamiento es mayor que la luz, se encuentra presente para escuchar sus sentimientos y deseos.

  El espíritu los percibe y se emociona, como también valora la falsa fe de que sigan creyendo que como dueño de ese traje, todavía se encuentra en los restos inertes de su cuerpo. Algún familiar sentirá su presencia y el le intuye que está a su lado. Si tiene facultades de percibirlo puede en ese instante escuchar su voz o verlo, tal como lo conoció. Porque esa forma corporal conocida, la lleva en el alma, cual fotografía y el espíritu se deja ver para consuelo de su familia de que no ha muerto y vive.

  Así que mañana, compréndase en la realidad del ser humano, los llamados difuntos o muertos, no están muertos, viven y se remontan al espacio azul para volver a nosotros, se dejan ver y escuchar por sus deudos, aunque saben, que negados por los que nada ven, los llaman fantasmas- Ellos vuelven y encarnan en esos cuerpos de niños que llamamos inocentes. Lo hacen a veces en la misma familia o lejos de ella. Porque el espíritu es como el agua, del cielo viene y al cielo sube, para estar siempre alternando, como expresara un poeta.

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